10 artistas
Sábados a partir del 13 de abril.
Artista |02
CARLOS GARCÍA POLO “REVOLVER”
Carlos García Polo, más conocido como REVOLVER, es un artista visual y plástico egresado de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Atlántico (Colombia) quien además tiene un diplomado en docencia universitaria en la Universidad Autónoma del Caribe. Su trabajo de ilustración y Comic: “REVOLVER”, fue muy popular en el mundo del arte y del diseño de la ciudad de Barranquilla en el año 2004. Sus obras han hecho parte en más de 20 exposiciones colectivas en Colombia y Latinoamérica, en donde se destaca en el año 2000 su participación en el “Salón del humor gráfico y comic de Piraxicabia” (Sao Paulo, Brasil) y el “Salón nacional de artístas jóvenes “Reciclash” en la galería Santa fe en la ciudad de Bogotá. Su más reciente exposición individual fue “El Automático” en la galería France de la Alianza Francesa.
Referencia Teórica Carlos García.
Por: Carlos Gómez
La principal diferencia entre el graffiti y el esténcil << o posgrafitti como algunos le llaman>> es que el primero va dirigido a un grupo especializado que mantiene sus propios códigos como las firmas, los tags. Esto hace que pese a ser expuesto en el espacio público sus códigos cerrados los sumerjan en el campo de un público delimitado.
El posgrafitti que es el resultado de la mezcla del arte académico y el popular, remplazando las firmas y los tags por imágenes que buscan una comunicación directa con el público, y reconfigurando también el uso del espacio urbano, que es visto ya no como delimitación territorial por el artista sino más bien como herramienta masiva de comunicación.
Henri Lefevbre encuentra en el espacio público es una producción social, una continua interacción de individuos anónimos que intervienen de manera efímera en un entorno urbano. Isaac Joseph en el espacio público como lugar de la acción rescata la noción kantiana del espacio público como espacio de accesibilidad universal y recoge dos importantes ideas de Hannah Arendt y Jürgen Habermas: el espacio público como lugar de acción y como lugar de comunicación. En tal sentido el esténcil no es sólo acción y delimitación sino que cómo propondría Habermas hace del espacio público un medio comunicación. En Carlos García vemos encarnada esa idea de lo público, y el concepto nítido de lo que es el posgraffiti o esténcil, él mismo, procede de la academia y asume el arte urbano como modalidad de su producción plástica.
Con “Transforma tus iconos” la invitación es a modificar los iconos universales del arte y la cultura. El arte ―o por lo menos una representación de él―, sale de los museos y galerías para apropiarse de las paredes y las calles, tal como lo reflexionaría Walter Benjamin, el arte pierde su aura o autenticidad y su originalidad y en la obra de Revolver se masifica.
En “Transforma tus iconos” , el trabajo de Carlos García, se apropia de un icono de la cultura universal como lo es la Gioconda o Monalisa de Leonardo da Vinci, la extrae del museo y la adapta a la calle, para luego lo transfórmala e intervenirla, con estéticas propias de la iconografía mundial y resignificando la imagen. Esto tiene valor propio al modernizar y popularizar un icono mundial, sin embargo es de tener en cuenta que por un lado la Gioconda es una de las imágenes más reproducidas en el mundo, por lo que su apropiación y resignificación no es nada nuevo, artistas como el británico Bansky han llevado a la calle la imagen de la Monalisa, precisamente, para el caso de Bansky, como una muestra de un arte combativo contra el ‘establishment’ utilizando la claridad simbólica y comunicativa de la publicidad propia de la influencia que se cree tiene de los Ad Jammers.
Pero ya antes en 1919, el artista dadaísta Marcel Duchamp pintó una parodia de la Mona Lisa que incluía un bigote y perilla en la modelo y la inscripción L.H.O.O.Q. (que significa ella tiene el culo caliente, traducido del francés) esta intervención suponía una ruptura de los paradigmas del arte clásico. Otras apropiaciones reconocidas son la de el colombiano Fernando Botero que pintó una mujer extremadamente obesa y deforme a manera de parodia del cuadro de Da Vinci, igualmente la del artista Jim Henson quién montó sobre el cuadro la cara de la Cerdita Piggy o cuando la revista "The New Yorker" hizo un montaje del rostro de Mónica Lewinsky sobre el cuadro de Leonardo.
Los ejemplos sobran, por lo que podemos establecer el valor de la obra de Carlos García en términos formalistas y el aporte estético que le da su imagen a nuestra urbe, como símbolo inherente del arte.
De manera que la obra de revolver la podemos categorizar como un arte que se referencia a sí mismo y que algunos denominarían como “arte por el arte” no en el sentido que define Ernst Fischer en su libro la Necesidad del Arte, como un arte autónomo en relación a las fuerzas del mercado y sin intereses comerciales (Fischer 1994), sino más bien como un arte cuyo tema es el arte en sí.
Aquí surge entonces un dilema, porque si es cierto que la Mona lisa es una imagen tan popularizada como la del Che Guevara, podría verse como un elemento cuyos códigos pertenecen aún a un grupo selecto de entendidos y en tal caso ser una homologación de esa exclusividad en los códigos del graffiti que se propuso vencer el posgrafitti. No obstante el acercar el arte al público masivo parece ser la principal cualidad de la propuesta de Carlos García con esta obra y en ello es meritorio su trabajo.
Con “Transforma tus iconos” la invitación es a modificar los iconos universales del arte y la cultura. El arte ―o por lo menos una representación de él―, sale de los museos y galerías para apropiarse de las paredes y las calles, tal como lo reflexionaría Walter Benjamin, el arte pierde su aura o autenticidad y su originalidad y en la obra de Revolver se masifica.
En “Transforma tus iconos” , el trabajo de Carlos García, se apropia de un icono de la cultura universal como lo es la Gioconda o Monalisa de Leonardo da Vinci, la extrae del museo y la adapta a la calle, para luego lo transfórmala e intervenirla, con estéticas propias de la iconografía mundial y resignificando la imagen. Esto tiene valor propio al modernizar y popularizar un icono mundial, sin embargo es de tener en cuenta que por un lado la Gioconda es una de las imágenes más reproducidas en el mundo, por lo que su apropiación y resignificación no es nada nuevo, artistas como el británico Bansky han llevado a la calle la imagen de la Monalisa, precisamente, para el caso de Bansky, como una muestra de un arte combativo contra el ‘establishment’ utilizando la claridad simbólica y comunicativa de la publicidad propia de la influencia que se cree tiene de los Ad Jammers.
Pero ya antes en 1919, el artista dadaísta Marcel Duchamp pintó una parodia de la Mona Lisa que incluía un bigote y perilla en la modelo y la inscripción L.H.O.O.Q. (que significa ella tiene el culo caliente, traducido del francés) esta intervención suponía una ruptura de los paradigmas del arte clásico. Otras apropiaciones reconocidas son la de el colombiano Fernando Botero que pintó una mujer extremadamente obesa y deforme a manera de parodia del cuadro de Da Vinci, igualmente la del artista Jim Henson quién montó sobre el cuadro la cara de la Cerdita Piggy o cuando la revista "The New Yorker" hizo un montaje del rostro de Mónica Lewinsky sobre el cuadro de Leonardo.
Los ejemplos sobran, por lo que podemos establecer el valor de la obra de Carlos García en términos formalistas y el aporte estético que le da su imagen a nuestra urbe, como símbolo inherente del arte.
De manera que la obra de revolver la podemos categorizar como un arte que se referencia a sí mismo y que algunos denominarían como “arte por el arte” no en el sentido que define Ernst Fischer en su libro la Necesidad del Arte, como un arte autónomo en relación a las fuerzas del mercado y sin intereses comerciales (Fischer 1994), sino más bien como un arte cuyo tema es el arte en sí.
Aquí surge entonces un dilema, porque si es cierto que la Mona lisa es una imagen tan popularizada como la del Che Guevara, podría verse como un elemento cuyos códigos pertenecen aún a un grupo selecto de entendidos y en tal caso ser una homologación de esa exclusividad en los códigos del graffiti que se propuso vencer el posgrafitti. No obstante el acercar el arte al público masivo parece ser la principal cualidad de la propuesta de Carlos García con esta obra y en ello es meritorio su trabajo.
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